Resiliencia: bonito palabro.

Diario de #Covid19

Querido diario:

Ayer fue un día duro. Tuve que hacer limpieza en la lista de afectos incluso. Hay gente, personas que, después de toda una vida, te sorprenden malbaratando su patrimonio moral porque se han puesto un carnet en la boca a cambio de seguir ganándose la vida honradamente.

Hay que quemar naves y volar puentes. Qué remedio. Hoy la vida sigue, confinada, pero sigue. Seguimos solucionando cosas, dando respuestas, trasmitiendo ese sentimiento de que hay un mañana y que seguro que será mejor que el último de aquellos días. De esos días que recordamos, de aquellos momentos con los nuestros, cuando nos sentíamos a salvo y seguros.

Va a haber un mañana. Venceremos a esto. Hay preocupación por nuestra economía… Me preocupa también, pero sólo aspiro a un plato de comida para los míos y no pasar frío ni tener que llevar mis vergüenzas al aire.

Ahora mismo todavía muchos están a tiempo de taparse, pues tápense por favor, ahora todavía no hay excusa para ir por ahí de esa manera. Hay que estar confinados, quedarse en casa, pero no es tiempo de ir en pelotas por la vida, Ojalá se tapen un poquito. Cuando pase esto unos formarán parte de la larga lista de personas que arriesgaron su vida, donaron lo que pudieron, aportaron lo que tenían.

Otros, de la lista de odios y sectarismo, de la inacción y el egoísmo.

Yo me quedaré como Juan Gelman:

Hay que aprender a resistir.

Ni a irse ni a quedarse,

a resistir,

aunque es seguro

que habrá más penas y olvido.

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