Diario de #Covid19
Querido diario:
Una cosa es desechar la polémica política en tiempos de crisis sanitaria con un estado de alarma declarado, que solo serviría para hacer más irrespirable el momento para los ciudadanos, y otra despreciar el análisis exhaustivo de lo que se ha hecho muy mal hasta ahora, aunque solo sea para asegurar la adopción de las medidas correctas en el futuro inmediato y enterrar la angustiosa sensación de que se improvisa sobre la marcha.
Creo que ya le voy cogiendo el truco al hombre de los malos pelos, ese que está dejando su reputación por los suelos porque no sabemos descifrar su código de comunicación, generalmente es sencillo: lo contrario de lo que diga. Ya lo he comprobado y funciona. A veces es un poco más sesudo el esfuerzo que hay que hacer para entenderlo: si dice que el acceso del personal sanitario a los equipos de protección personal es “suficiente”, pero también dice que en algunos puntos puede haber «momentos críticos» en la capacidad de “aportar” los equipos; entonces el personal sanitario no tiene equipos de protección personal suficientes.
Yo preferiría que si hay que decir algo, que se dijera de esta última forma porque nos va la vida de mucha gente en ello. Por lo que sea, he firmado en change.org para que tengan esos medios, para que los tengan. 1
NO SON SUFICIENTES!. Ya empiezo a no poder con este hombre. Si no es de su costumbre dimitir y esto va a durar hasta junio por los menos, creo que deberían cesarlo. En España tenemos expertos para ocupar su lugar aunque no estén dispuestos a vender su prestigio a un interés político, creo que es hora de aceptar sus condiciones y empezar a contar con los mejores para gestionar esta crisis y sus consecuencias a medio y largo plazo.
No nos merecemos un país en el que la gente haga mascarillas y viseras de protección en sus casas, las enfermeras hagan delantales y patucos con bolsas de plástico, el material sanitario llegue por donaciones privadas y que los sanitarios, cajeros, agentes del orden, farmacéuticos, transportistas, personal de la administración de justicia y lo que es ya un rosario de profesionales implicados en la primera línea de batalla de esta guerra, caigan enfermos y estén muriendo por no tener material de protección. Ningún país se lo merecería, pero nosotros tenemos los recursos, no es un problema ni de dinero ni de logística. Si se decreta un estado de alarma, perdemos muchas cosas, pero a cambio deberíamos tener otras y no las estamos teniendo.
Si se centralizaron las competencias sanitarias en el Gobierno de España, ya llevamos tiempo perdido si no hemos conseguido solucionar esto. No es de extrañar que haya gobiernos autonómicos que vayan por su cuenta, creo que, por lo menos, no permanecen en la inacción y ante la inoperancia de quien les recabó sus competencias.
El señor de Zara ha conseguido en 48 horas el material sanitario que el gobierno aún está buscando y parece que llegamos tarde a todas las compras de lo que necesitamos, nos quedamos en lista de espera. Creo que si te cuento lo que pienso estoy exento de pecar de cuñadismo. Las evidencias están ahí.
Nuestro Presidente del Gobierno estuvo muy cuestionado por una tesis doctoral. Se decía que si la plagió, que si se la hicieron… se titulaba «La nueva diplomacia económica española». Ya tengo claro que la plagió. Cuando uno se doctora, se le concede un grado académico que, por lo menos, le confiere un grado de conocimientos sobresaliente en su materia de tesis. Este señor no tiene ni idea. Ni en las rebajas de Zara conseguiría comprar algo decente.
Este hombre no aclara ni siquiera si él o sus sucesora en la línea de presidencia del gobierno están enfermos o en cuarentena: esa opacidad se transmite al conjunto de sus actuaciones y a la nebulosa de los días previos a la crisis, lo que me da miedo es que el de la coleta se hiciera con la presidencia del Gobierno. Se le debería erradicar del gobierno o al menos de la vicepresidencia. No me gustan sus intenciones y no se corta en hacerlas valer. Tuvo en pie un consejo de ministros que duró siete horas, cuando debería haber durado siete minutos. Y se saltó la cuarentena y se coló en la sesión sin mascarilla ni guantes. Puso en riesgo a todo nuestro poder ejecutivo por sus santos cojones. Un presidente del gobierno así, es de los que tienen como religión que las normas son para los demás pero no para la casta. Eso es de regímenes totalitarios. La Historia ya lo ha dejado bastante claro. Yo quiero otro tipo de transparencia, las aspiraciones del de la coleta me dan miedo pero ahora además creo que no nos aportan nada. A los buenos al menos. Hay que desempolvar el maniqueismo por lo que pueda hacer falta. Y quiero transparencia, porque al menos por dos veces, el 23 de enero y el 30 del mismo mes, organismos como la OMS o la OMC le trasladaron a nuestro gobierno, como a otros de Europa, la dimensión histórica del virus que ya asolaba China y se instalaba cruelmente en Italia. Y en ambos casos, no solo se despreció el diagnóstico, sino que se agravaron los problemas al tolerar o incluso impulsar actividades que probablemente explica ahora la inusual propagación del virus.
Me da mucho asco que algunas personas que nos gobiernan, en vez de ponerse a hacer su trabajo, digan que los sanitarios enferman cuando van de viaje o a ver a sus familiares. Además, están rompiendo el pacto social de no hacer leña del árbol caído. Me da asco y me indigna, porque aparte de que no tienen ni idea de lo que dicen, creo que quieren esconder ahí su incapacidad y su ineficacia, faltando el respeto y atentando a la dignidad de muchos profesionales que, como ya te he dicho querido diario, están enfermando y muriendo por estar en primera línea del frente.
Otra señora del Gobierno de España ha dicho ayer que “Esperamos que esta experiencia sirva para lograr una sociedad más cohesionada, más humana y más justa”. Yo espero que no esté hablando por mí. Hay muchos muertos, muchos contagiados y millones de personas que están quedándose sin trabajo y sufriendo. Esta experiencia no nos hacía ni puta falta. Hay otros caminos para lograr la cohesión social, la humanidad y la justicia. España no es una república bananera, tenemos más de cuarenta años de democracia y en las democracias no se necesitan masacres ni resetear el sistema de forma abrupta cada vez que algo no se hace bien. El otro día te hablaba de la señora de Madrid que ha levantado un Hospital con 5.500 camas y medicalizando hospitales en tiempo record. Ya me cae bien del todo. Me gustaría que fuera Ministra de Sanidad, aún estando recluida por aislamiento. España es el primer país en todo el planeta con más contagiados sanitarios por Coronavirus. Se calcula ahora mismos unos 5.400. Es el 13,6%, en Italia alcanzan el 8%, y en China el 4%. Le vuelvo a dar vueltas a que no se están poniendo los medios suficientes y que los gobernantes se quieren sacudir las pulgas haciendo responsables del contagio a los que están en la trinchera. Y estoy preocupado por Sandra, por Valme y por Cari. En ese orden. Y no es por a quien amo mas o menos, sino por su riesgo de exposición sin medios en esta guerra. Fue Roosevelt quien se dirigió al pueblo americano con un discurso que quedará en la historia por tratarse de su último mensaje a la ciudadanía antes de morir dos días después, dijo aquello del poder y la responsabilidad:
«Hoy hemos aprendido en la agonía de la guerra que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Ya no podemos escapar de las consecuencias de la agresión alemana y japonesa del mismo modo que podríamos evitar las consecuencias de los ataques de los corsarios berberiscos un siglo y medio antes.
Nosotros, como estadounidenses, no elegimos negar nuestra responsabilidad.»
Con eso me quedo hoy. Elegir negar nuestra responsabilidad, no es una opción válida y con la esperanza de los que solicitan a la soberanía nacional que les concedan la prórroga del estado de alarma, sean conscientes y corresponsables con lo que nos están pidiendo a los españoles. Nos está costando mucho esto para que se desperdicie el esfuerzo.En fin, empiezo a trabajar. Sigo trabajando desde casa. Con mi equipo cercano, muy orgulloso de ellos. Ellos siguen en casa y nos apañamos bastante bien. También con mi Organización. Mi Ayuntamiento. Estoy sorprendido de nuestra capacidad. Un ayuntamiento es una de las entidades de gestión más complejas que existen. (Un día te hablaré de ello, va a haber tiempo) Pero cuando entramos en una situación como esta y el bienestar y la protección de 40.000 personas dependen de que funcione de forma eficaz y eficiente, los resultados son sorprendentes cuando todo el mundo se pone bajo el mando de un alcalde o alcaldesa. Lo asume, deja de lado todo lo demás y se coloca en su sitio en la maquinaria. Sin desfallecer. Si termina lo que tiene asignado, se ofrece a ayudar a quien sigue en otra tarea. Se olvidan los celos competenciales y los celos profesionales. Si nos llevábamos mal con alguien, sabemos ahora con certeza que no era nada personal, que eran negocios, como dijo Michael Corleone.
1 En la fecha de publicación de este artículo no sabía lo que había detrás de esta plataforma.