El otro día cumplí 50 años y, en general, estoy bastante feliz por ello. Estoy sano, salvo alguna cosa como diría el cenutrio que tenemos por presidente del gobierno, he estado casado con alguien a quien por mucho tiempo he considerado una persona genial, y tengo una hija a la que la sigo considerando como tal aunque ahora mismo estemos alejados, mantengo una buena relación con el resto de mi familia, tengo amigos interesantes e inspiradores y me siento realizado con el trabajo que desempeño. Cumplir 50 no me parece tan mal, pues nunca he estado tan feliz en mi vida.
Al igual que Paul Brandeis Raushenbush, a quien sigo en twitter y parafraseo en esta publicación de hoy, en mi ambiente de trabajo donde con la “tasa de reposición de efectivos cero”, estoy haciéndome mayor en un ambiente donde todo el mundo también se va haciendo y no entra gente joven, eso la única ventaja que me da es que no me estoy haciendo un abuelo gruñón a los ojos de mis compañeros y compañeras de trabajo.
Creo que hay una sabiduría que procede de la vida, de la experiencia, y uno de mis mayores remordimientos es no haber hecho más preguntas a mis compañeros de trabajo mayores cuando tuve la oportunidad. Sin embargo, también hay lecciones de vida que tenemos que aprender de los jóvenes.
Los jóvenes pueden tener un enorme sentido de la aventura, menos reparos, pasión por la vida y una confianza ciega en muchos aspectos de la vida que podrá ir mitigándose con los años.
Por tanto, recién pasado mi 50 cumpleaños, en vez de dar consejos a mi propio yo de hace 25, he decidido echar la mirada atrás y pensar en mi visión del mundo cuando apenas tenía 25 años. ¿Qué pensaría de mi vida presente y qué consejos daría a mi yo cincuentón de regreso al futuro?
Sin más dilación, ahí van:
1. No te esfuerces tanto por ser respetable. Habla desde el corazón sobre aquello en lo que de verdad crees, aunque te haga parecer un iluso o un sentimental.
2. Puedes cambiar tu vida de forma radical cuando lo necesites. No tienes por qué seguir haciendo lo de siempre sólo por haberte acostumbrado a ello.
3. Ser simpático y abierto con gente nueva en lugares diferentes te puede llevar a vivir aventuras y amistades increíbles. No te acomodes a tus círculos de amistad ni a tus conocidos habituales.
4. Recuerda: pasar una noche bailando con un DJ decente en una discoteca es un importante camino hacia la trascendencia. Hazlo de vez en cuando.
5. Necesitas mucho menos dinero del que crees para sobrevivir, así que deja de obsesionarte con ello y trata de gastar menos. Antes podías vivir con menos de lo que hoy vienen a ser 10 euros al día.
6. No te preocupes si no sabes lo que quieres hacer para el resto de tu vida. Deja hueco para que ocurra lo inesperado.
7. Dios te quiere aún más por ser un poco rarito. No escondas tu luz y enséñasela al mundo.
8. De vez en cuando, sal de casa sin un objetivo concreto y observa a dónde te lleva la ciudad. No te quedes solamente con el camino que hay entre tu piso, el trabajo y el gimnasio.
9. Queda más a menudo con tus amigos de toda la vida y ponte en contacto con aquellos con los que lo has perdido. Parece que no tienes tantos amigos como solías.
10. La ambición está sobrevalorada. Deja de esforzarte tanto por “lograr el éxito”.
11. Está bien creer que merece la pena trabajar por una sociedad utópica en la que todos los individuos son tratados con dignidad e igualdad. El cinismo no te hace inteligente, sino cínico.
12. Haz algo artístico de vez en cuando. Aunque no tengas demasiado talento y a nadie le encante tu foto de retrato desnudo bajo las hojas de otoño, o tus trabajos de madera, el proceso creativo es bueno para el alma.
13. La próxima vez que te acuerdes de todo lo que solías hacer, plantéate volver a hacerlo. Aprender a bailar, perfeccionar tus habilidades de bricolage e improvisar no deberían ser simplemente pensamientos del pasado.
14. Reza con la misma urgencia con la que lo hacías cuando tenías 25 años y eras totalmente consciente de lo mucho que necesitabas la ayuda de Dios.
15. Por favor, por favor, aprende a tocar al menos una canción con la guitarra. Llevas 30 años diciendo que quieres hacerlo. Es más difícil que el piano, pero no imposible. Plantéate ya de una vez lo del saxofón que nunca te regalaron.
16. No te limites a ser socio de Médicos Sin Fronteras, vete de voluntario a algún lugar en el que puedas interactuar de forma directa con la gente. Tu vida es demasiado aséptica y te estás volviendo un aburrido. Seguro que, aunque no duermas, pasar la noche en un centro de acogida para personas sin hogar te permite conocer a gente increíble.
17. Deberías estar absolutamente agradecido por haberte enamorado de Valme. No pases un solo día sin recordar lo afortunado que fuiste, da igual como hayáis terminado ni si vuestros caminos se volverán a cruzar en el futuro.
18. Practica un nuevo deporte. La rutina de cardio y pesas para tener un físico decente ya se ha pasado de moda. Corre por la playa. Vuelve a hacer natación, apúntate para la próxima carrera popular o prueba con el kendo.
19. ¿Cuándo te convertiste en un modosito aburrido? Antes no te preocupaba tanto destacar y no te importaba vestir como te daba la gana. Tus creencias religiosas no te impiden innovar.
20. Tus padres siempre han estado presentes y a su forma, se han preocupado de ti, también en los malos momentos. Ahora son ellos los que te necesitan. Nunca te arrepentirás de pasar tiempo con ellos.
21. Disfruta de momentos de soledad en el campo o en la playa. No te olvides de lo valioso que es estar solo en la naturaleza.
22. Teniendo en cuenta lo que te gustaba la música y lo que eras capaz de sacrificar por comprarte un disco, resulta sorprendente que el último CD que compraste sea de los 90. Busca un grupo formado en los últimos cinco años y cómprate un disco nuevo, pero comprado ¿eh?.
23. Deja de martirizarte por los errores que has cometido. La autocrítica es buena, pero también tienes que ser comprensivo.
24. Si puedes volver a convertirte en padre, (recuperando a aquella hija y a aquel padre que fuísteis, no se trata de hacer locuras) hazlo. Siempre has estado orgulloso de tu familia. Si no puedes conseguirlo, trata de ser el mejor tío para tus sobrinos y sobrinas. Te hacen sentir realmente orgulloso.
25. Valora cada día de tu vida. A los 25 nunca pensaste que llegarías a los 50. Te jugaste la vida a una carta cuando decidiste ir al quirófano y pasar por la bariátrica. Disfruta de la vida.
Volveremos a hablar cuando cumplas 75.